viernes, 20 de diciembre de 2013

Urte Berri On 2014

De los retales de 40 años ha salido este video con el que quiero agradeceros el que hayais compartido alguna vez una montaña conmigo. Como dice la canción sólo recuerdo lo bueno, de lo malo nada, y espero que el viento nos lleve a más montañas este 2014.
Urte Berri On.
Retales 40 años

jueves, 14 de noviembre de 2013

Miércoles después de cerrar. Necesito descansar por un día. Un capricho hecho costumbre, paseo corto y caña con picante en el "Miguel". Entro, saludo, y pido mi "costumbre". La caña viene enseguida, el picante debe esperar. De mientras, el camarero me pregunta si me he enterado del que ha caido -prefiero usar un eufemismo- en Escocia, si lo conocía. No sé nada, es la primera noticia. Ya llevo unos años que me entero así del lado más ingrato de la montaña. La gente te toma como referencia. Enseguida llamo a una de mis referencias, el tampoco le conoce. Su nombre se me hace familiar, aunque egoistamente no tan familiar para angustiarme demasiado. Siempre las noticias así te generan un escalofrío que injustamente se desvanece cuando implica cierta lejanía. Necesito ponerle cara, pero internet no me la pone.
Hoy aprovecho para hacer unos recados y de paso me tomo un café en el "Txuntxurro". Y la misma pregunta desde el otro lado de la barra. Cojo el periódico y le pongo cara. Claro que me sonaba su nombre, y ahora su rostro, otro escalofrio.
Que injusta es la costumbre.
Desmond Dub

viernes, 13 de septiembre de 2013

¿Por qué seguimos dando vueltas en ésta rueda?

Para unos el gran drama de la verticalidad, del alpinismo, e incluso del montañismo más benévolo, es el riesgo. Otros, en cambio, ven en los peligros inherentes al medio una fórmula para crecer, aprender, formarse y alcanzar una excelencia que amplíe sus horizontes. Estos últimos han decidido abrazar la montaña a sabiendas de que nadie conoce su destino o siquiera si éste ha sido ya escrito. El riesgo puede ser mínimo, o máximo. O puede variar según la percepción que de él tenemos, del miedo que suscita entre aquellos que lo confrontan. A estas alturas, todos sabemos que la valentía está reservada para los inconscientes y, sobre todo, para los que desean o necesitan ir a al encuentro de sus miedos. Siguiendo el hilo de ésta última idea, los más valientes serían realmente los más miedosos, los que más temores acumulan acurrucados en su saco la noche antes de enfrentarse a una ascensión plagada de incógnitas. Tiene mucho sentido, pero no explica por qué unos sienten la necesidad imperiosa de demostrarse su valentía, de pelearse con su interior, de discutir lo que gritan instinto y razón. Con el sufrimiento que esto conlleva.
Para el público no iniciado, la escalada es sinónimo de peligro, un misterio embarullado en el que se mezclan el vacío, una cuerda y la irracionalidad de aquellos que lo practican. Pero para los iniciados, la gran cantidad de literatura de montaña editada no descifra ni de lejos los 'por qués' fundamentales: ¿por qué mi compañero, menos fuerte, es mucho más valiente que yo y no plantea cuestiones de ser o no ser antes de enfrentarse a un largo? ¿por qué regresamos una y otra vez a escenarios en los que el compromiso se nos antoja un tanto obsceno? ¿por qué seguimos dando vueltas en ésta rueda?
Oscar Gogorza. Editorial revista Campo Base nº 101 (Julio-Agosto 2012)
Alex Huber. Free solo

martes, 16 de abril de 2013

BIODESAGRADABLE
Mar de nubes
Lunes 15 de Abril. Aprovecho mi mañana libre para quedar con un amigo para escalar. Como no puedo "apretar" y él tiene ganas hace tiempo de hacer la arista del Txindoki vamos para allí. Le digo que tire de primero ya que tengo hecha la arista y así aprovecha para prácticar el tema de las reuniones. Está despejado aunque en el valle hay niebla. Un poco de viento hace que te quedes frío en las reuniones más expuestas, pero sarna con gusto no pica. Trás un rato de trepadas, fotos y tragos de agua llegamos a la zona en la que la cuerda ya no será necesaría y avanzamos a la cima. El sol ahora si que calienta.
Aitor en la arista

Pero a pocos metros de la cima empieza lo peor. No me refiero a un fuerte viento que nos tire, ni a una tormenta no anunciada, ni a un percance de alguno de nosotros. A pocos metros de la cima se me empieza a hinchar la vena. Esa que se nos marca en los momentos de enfado. Aquello más que una cima parece una frutería. Peladuras de naranja, plátano, pistachos... por todas partes y de todos los colores, negro, amarillo, naranja...
Sigo sin entender a estos "montañeros" que cuando les dices que no tiren las cáscaras de naranja, o de lo que sea, en el monte te responden con eso de que "se lo comen los animales", por cierto, la etiqueta del plátano no les gusta a los caballos, y logicamente se les llena la boca de la palabra "biodegradable". Estos egoistas que no piensan que despues de ellos sube más gente a los que nos gusta ver la montaña limpia sin restos, sin nada que distorsione las vistas. Claro que se lo pueden comer los animales o no, pero mientrás no se lo coma ningún animal ese desperdicio continuará allí.
Puestos a ser extremos, puedo aprovechar la ocasión para, y perdonadme la expresión, echarme una buena cagada junto al buzón de cima. Tal vez, no se lo coman los animales pero si que es buen abono y BIODEGRADABLE.
Un verdadero vertedero
Ahora bien, vamos a darles la razón por un momento. De acuerdo, se lo comen los animales. ¿Creéis que un caballo, oveja o lo que sea pasa hambre en el monte? Es cierto, que no subo a menudo, pero yo nunca he visto ningún animal en la cima del Txindoki salvo algún perro.
Y pasemos al término biodegradable si es que al final no se lo come un animal. Para ello pongo un listado de la duración de desperdicios en la naturaleza:
- Pieles de frutas - De 3 meses a 2 años
- Pañuelo de papel - 3 meses
- Filtros de cigarros- Entre 1 y 5 años
- Chicle - 5 años
- Latas de hojalata - 50 años
- Bolsa de plástico - 400 años
- Latas de aluminio - 500 años
- Botellas de vidrio - 1000 años
Si hemos subido una naranja, ¿porque no bajar las cascaras que pesan menos?
Cima del Txindoki con Aizkorri al fondo
En la cima de una montaña, hace tanto daño a la vista unas cascaras de naranja como al oido el motor de una moto.

martes, 12 de febrero de 2013


En el territorio frío y elevado de nuestro planeta,
allí donde se curva la línea del horizonte,
cuando dificilmente podemos respirar
y se nos nubla la mirada,
en ese mismo instante
cuando nuestras reflexiones son cumbres desnudas
en el mar de nubes del cruel ruido,
ahí es cuando se nos aparece
el ser desnudo de uno mismo,
el puro fluir continuo de la esencia.

Peter Wolf

martes, 8 de enero de 2013

Espectro de Brocken

Espectro de Brocken en Peñas de Aia

Condiciones óptimas para poder observarlo
El espectro de Brocken aparece cuando el sol brilla detrás del montañero que está mirando hacia abajo en un pico, hacia la niebla. Se proyectará su sombra alargada  sobre la superficie superior de las nubes al otro lado del sol, además, también se podrá observar un arco iris alrededor de la cabeza del observador en forma de aura o gloria. Este aura tiene su origen en la dispersión de las gotitas de agua. Si hay varios observadores cada uno apreciará su aura pero no la de los demás.
Las primeras anotaciones sobre este fenómeno se hicieron en los montes Harz de Alemania, más concretamente en el pico Brocken, de ahí su nombre, donde se dan habitualmente nieblas bajas que favorecen la creación de este fenómeno.
En la antigüedad, la existencia de halos o glorias rodeando la cabeza de una persona era signo de que algo especial ocurría en ellas y que Dios la había elegido para un fin especial. Otros también la toman como una señal de mal augurio tras el accidente que Eduard Whimper tuvo en el Cervino tras observar este fenómeno.
Cada observador sólo podrá observar su aura